¿Sabías que….. El 12 de febrero de 1542….?

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¿Sabías que….. El 12 de febrero de 1542 el capitán Francisco de Orellana descubrió en América el Río Amazonas? La epopeya amazónica de Orellana empezó en 1541, cuando Gonzalo Pizarro, el hermano menor del conquistador del Perú, se lanzó en busca del «país de la canela», un territorio fantasmagórico como El Dorado, que, según le habían comunicado algunos indios peruanos, se hallaba en las sierras del interior del continente. La canela era una de las especias más preciadas de la época, y los españoles soñaban con encontrar bosques enteros. Con ese objetivo, Pizarro organizó un ejército de 200 españoles, además de 4.000 indios reclutados como porteadores. Pero al llegar al río Coca, en vez de oro y canela, se encontraron con hambre y confusión, hasta el punto de que tuvieron que comerse sus propios perros y caballos. Orellana, mientras tanto, partió por su cuenta desde el Pacífico, ascendió hasta Quito y de allí marchó al encuentro de Gonzalo Pizarro. Cuando lo alcanzó, la situación de los españoles era tan desesperada que Pizarro mandó a Orellana en busca de comida con el bergantín San Pedro, un navío que habían construido los mismos expedicionarios. Orellana, sabía bien que si se separaban sería para siempre, pues la corriente, de hasta diez kilómetros por hora, hacía imposible el retorno. Orellana plantó su campamento en territorio de un reino indígena conocido como Aparia, pensando que quizá Pizarro resolviese llegar por tierra hasta allí. Entretanto no perdió el tiempo y mantuvo con el cacique conversaciones que le proporcionaron una visión clara de la inmensidad amazónica. Por supuesto, no podía saber que se hallaba en una cuenca de siete millones de kilómetros cuadrados, ni que el caudal medio del Amazonas es de 157.000 metros cúbicos por segundo (el del Ebro es de 500). Pero sí tuvo claro la ocasión que se le presentaba. Mandó construir un segundo bergantín, el Victoria, haciendo clavos de cualquier herraje que tuvieran sus hombres, y a continuación les comunicó su decisión: seguirían adelante. El dominico fray Gaspar de Carvajal, natural de Trujillo como Orellana y que escribiría más tarde la crónica de la expedición, tomó partido por su paisano, argumentando que no podían volver al campamento de Gonzalo Pizarro a causa de la corriente y que no habían encontrado ni encontrarían tanta comida como para abastecer tamaña hueste. En ese momento Orellana dejó de ser lugarteniente de Pizarro, pues sus hombres lo legitimaron como jefe por votación. La odisea amazónica de Orellana cubrió centenares de leguas de aguas zigzagueantes e ignotas. En algunos poblados, los indios les eran favorables y les daban huevos de tortuga para alimentarse, pero en otros les recibían a flechazos. Por fin, el 26 de agosto salieron del río. Carvajal calculó que habían recorrido 1.800 leguas «antes más que menos», es decir, en torno a unos 7.500 kilómetros, un éxito indiscutible en una Amazonia virgen como la de 1542. Tres años después, ya en calidad de gobernador de la provincia de Nueva Andalucía –como se denominó al territorio entre el Orinoco y el Amazonas–, volvió al río que había conquistado, se internó por su boca y murió en noviembre de 1546 en algún lugar del que no se tiene constancia, ni cruz ni tumba. El nombre de Francisco de Orellana no se encuentra escrito en el agua, sino en lo más alto de la historia de las exploraciones. (Fuente: National Geographic)
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